Escogimos el blanco no solo por una cuestión estética.Desde el principio intuimos que sería un buen cómplice al momento de crear una atmósfera liviana, sutil, más poética. Suave, encontramos que evocaba una transparencia. Cuando hicimos las pruebas encontramos algo que no habíamos visto: la piel. Fue la piel la que trazó el puente entre el mundo de los insectos y el de los humanos. Fue la piel, que, atravesaba las tela blanca mostrándose por fragmentos, evocando una humanidad y al mismo tiempo un instinto. Una gama de ocres que un par de días después subiría para dar color a las máscaras.
We chose white not only for aesthetic reasons. From the beginning we suspected that it would be a good partner creating a light, subtle and poetic atmosphere. We found that it evoked a transparency. When we did the explorations, we found something we hadn’t seen before: the skin. It was the skin that bridged the gap between the insect´s world and the humans´world. We could see the skin, through the white fabric, showed itself in fragments, evoking a humanity and at the same time an instinct. A range of ochers that a couple of days later would rise to give color to the masks.